Bio-Energética


La reciente apertura de la medicina oficial respecto a aquella no convencional, me devuelve mas fácil, del punto de vista deontológico, la descripción de los “puntos de acupuntura” en estas pocas líneas.

Los antiguos principios de la medicina tradicional china y la acupuntura son status a valorar de los descubrimientos de la física cuántica y la bio-cibernética. Sin repasar, por lo tanto, la milenaria historia de la medicina china, más tengo la obligación de hacer notar que en buena parte se habla de acupuntura y de la información (energía) que fluye en los órganos internos a través de los canales energéticos, los meridianos. A partir de los años 50 se desarrolla en los países occidentales, Alemania, Francia, una aprobación medico de desarrollo bioenergética que integra los mas avanzados estudios científicos con el concepto chino de flujo de energía vital, base de todo un proceso orgánico. La medicina bio-energética ha conseguido técnicas de diagnostico y terapias innovadoras que se valen de sofisticados aparatos bioeléctricos hoy utilizados en homeopatía y toxicología.

Según la física, el organismo humano reacciona a “determinados impulsos” electromagnéticos que entran en resonancia con determinadas frecuencias, mandando señales electromagnéticas al organismo, así ellos lo propagan a su interior a lo largo de filamentos constituido por centenares de macromoléculas. Las líneas de dirección coinciden con los meridianos de acupuntura, el punto de acupuntura, como afirman muchos científicos (Maresch, Niboyet, Bossy) es una realidad. Además, es sabido que la receptividad cutánea del punto es mas baja, (50 kOhms) respecto al área adyacente a ello, (la receptividad cutánea fisiológica es de 200 kOhms). La receptividad mas baja significa que en aquel punto existe un concentrado mayor de agua, ello corresponde a una peculiar y conocida situación anatómica, es decir, el punto en el que un número mayor de vasos y nervios se agrupan y atraviesan la fascia superficial perforándola. Por tanto, si no fuese posible definir exactamente el punto de acupuntura, desde el punto de vista anatómico estructural, del que personalmente no dudo, lo podemos buenamente definir desde el punto de vista anatómico-funcional.

En caso de depósitos de toxinas en los tejidos, en el circuito de energía se pueden averiguar interrupciones o bloqueos. El meridiano eléctricamente conductivo bien detectado, permite así averiguar el estado de los órganos y las funciones del cuerpo asociadas a ellas. Para efectuar las pruebas bioenergéticas, los instrumentos utilizados miden las frecuencias electromagnéticas y las corrientes eléctricas del organismo, por lo que es capaz de proveer un cuadro preciso sobre el estado de salud biológica del sujeto, valorando de ello el nivel de energía, la función de los órganos, la capacidad de defensa, el grado de envejecimiento de las células, etcétera.

En el caso de las intolerancias son efectuadas parecidas pruebas bioenergéticas que utilizan el principio electro-impedenciométrico. Por tanto, se crea un circuito cerrado entre el hombre y el equipo, el cual emite la información, (energía), emitida por el alimento, (contenido en una ampolla de vidrio), que entra luego en resonancia con el órgano de referencia (ó parte de él), que a su vez manda el mensaje a su periferia. Tal mensaje transmite al meridiano que asciende, el punto de pertenencia al órgano de conexión. Posicionando una sonda (electrodo) sobre este punto, se encuentran los valores de la información mandados por el órgano.
El valor medido sobre el punto varia por los diversos alimentos en base a la frecuencia, y eso es, a la energía electromagnética, que emite el alimento tomado a examen entrando en resonancia con el órgano de referencia.
En el caso de las intolerancias alimenticias se utiliza como punto de referencia el ángulo ungüeal medio del índice de la mano derecha que corresponde al área del intestino grueso, más precisamente al sigma. Por tanto, “medimos” la variación de los flujos de energía emitidos por varios alimentos a cargo del área intestinal. El equipo está dotado de una escala de lectura con valores que van de 0 a 10 unidad de medida. Los valores considerados normales son aquellos centrales, (4-6). Los valores altos son por lo tanto aquellos que la intolerancia va, (6-10), mientras que los bajos, (0-4), son indicativos para la “falsa intolerancia”.

El flujo de energía medido puede resultar más alto ó más bajo con respecto de los valores considerados normales. Eso significa que ese órgano o parte de él se encuentra en un proceso irritativo, considerado de naturaleza inflamatoria, en caso de que los valores resultaran altos en la escalera de las mediciones, correspondiente a la presencia de una verdadera intolerancia. En caso de los valores bajos se habla de falsas intolerancias, atadas en caso de los alimentos a su baja digeribilidad y/o asimilación por parte del intestino, por déficit enzimático o acumulación de toxinas al grado de alterar las reacciones bioquímicas durante el proceso digestivo.

De esta manera se logra, por lo tanto, individualizar los alimentos en grado de producir las intolerancias, en el grado de su gravedad. Eso permite alejarnos temporalmente, con el fin de reducir la absorción del alimento responsable de la intolerancia, permitiendo al organismo desechar la “toxinas acumuladas” restableciendo los equilibrios internos llegando hasta la reducción y la desaparición de los síntomas/disturbios consiguientes.

Concluyendo, podemos absolutamente afirmar que el discurso de las intolerancias no es una moda de nuestros días sino una efectiva realidad y por lo tanto, su conocimiento y valoración se convierte en un arma más al servicio de nuestros pacientes/clientes.




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